Brasil concentra una parte importante de los minerales críticos para la transición energética, entre ellos el níquel, fundamental en la producción de baterías para vehículos eléctricos y en diversas industrias tecnológicas. De acuerdo con el Consejo Empresarial Brasil-China, en 2024 la inversión china en el país creció un 113% respecto al año anterior, destacando la compra por parte de la empresa MMG de minas de níquel en Goiás y otros estados. Con esta operación, compañías de origen chino realizan cerca del 60% de la producción brasileña de este mineral.
El interés en el sector no se limita al níquel. Brasil posee también reservas significativas de litio, cobre y la quinta parte de las reservas de tierras raras del mundo, recursos que lo posicionan como un actor clave en el suministro global. Estas condiciones explican el dinamismo de las inversiones extranjeras recientes, que reflejan la importancia estratégica de los minerales brasileños en las cadenas de valor internacionales.
En este contexto, el ministro de economía, Fernando Haddad, señaló que Brasil necesita mantener un debate más estratégico sobre el uso de sus minerales críticos. Por lo que se prevé que el debate en torno a la Política Nacional de Minerales Críticos adquiera mayor relevancia, ya que Brasil enfrenta el desafío de aprovechar sus ventajas geológicas para generar valor agregado.
